Dentición Aglifa

La palabra “aglifa” proviene del griego antiguo “a-” que significa “sin” y “glifos” que se traduce como “muesca” o “surco” es un término que se utiliza para describir el tipo de dentición que tienen ciertas serpientes, específicamente aquellas que carecen de colmillos especializados y un conducto o canal de veneno.

En contraste con las serpientes venenosas que poseen colmillos para inyectar veneno en sus presas, las serpientes Aglifas tienen dientes en la parte posterior de su boca que son más o menos similares en forma y tamaño. Estos dientes no están diseñados para inyectar veneno, sino que se utilizan para agarrar y sujetar a la presa antes de ser tragada entera.

Las serpientes con dentición Aglifa poseen dientes afilados y de diversos tamaños según la posición de la boca donde se encuentren siendo los mandibulares y maxilares por lo general de mayor tamaño que los palatinos. Al carecer de colmillos conectados a glándulas de veneno, suelen valerse mayormente de la constricción o la fuerza física para someter a sus presas. Esto no significa que su saliva no pueda contener enzimas que puedan ser tóxicas o ayuden a la digestión.

 

Las serpientes aglifas capturan a sus presas envolviéndolas con su cuerpo y apretándolas con fuerza para restringir su movimiento y respiración aunque a veces llegan a tragar sus presas estando vivas.

Algunos ejemplos de serpientes aglifas son las boas y algunas culebras como los géneros, “Boa, Eunectes, Epicrates, Helicops, Hydrodynastes, Hydrops, Sibynomorphus, Leptodeira, Mastigodryas, Spilotes , Dipsas etc.

Obviamente estas serpientes no se consideran venenosas, lo que no significa que no puedan ocasionar un daño al morder, ya que una mordedura de boa puede ocasionar desgarros y cortes serios los cuales por lo general sangran mucho ya que su saliva contiene enzimas que no permiten la coagulación de la sangre, además de poder contener gérmenes patógenos en su boca.