La dentición opistorglifa está presente en ciertas serpientes venenosas. El término proviene del griego “opistho”, que significa “atrás”, y “glyphos”, que se traduce como “muesca” o “surco”, haciendo referencia a la posición única de sus colmillos.
Estas serpientes poseen colmillos especializados en la parte posterior de sus mandíbulas superiores, los cuales son relativamente pequeños y están conectados a glándulas de veneno situadas cerca de la parte trasera de sus cabezas. Aunque el canal que los conecta está cerrado, el colmillo presenta una acanaladura. Su mordedura es efectiva a la presa, aunque la inoculación del veneno puede no ser tan rápida y depende del tiempo que la serpiente retenga a su presa en la mordedura para lograr una inyección completa del veneno.
Es importante destacar que, en general, las serpientes opistorglifas no son consideradas mortales para los seres humanos, ya que mayormente no producen accidentes con desenlace fatal. Sin embargo, estudios recientes sobre el veneno de ciertos grupos, como el de las serpientes xenodontinas, han demostrado que, dependiendo de su estado evolutivo, pueden contener neurotoxinas que podrían llegar a ser letales. Algunas especies como las del género Mussurana, Boiruna, Clelia, Phalotris y Philodryas, han sido relacionadas con accidentes graves, tanto en niños como en adultos, e incluso en animales con pesos superiores a los 30 kg, lo que ha llevado a la muerte de algunos individuos. Por lo tanto, si la mordedura de estas serpientes puede o no terminar en un desenlace fatal, dependerá de factores como el peso, la conformación corporal y el estado fisiológico del individuo afectado.
A pesar de su relativa baja peligrosidad para los humanos, es fundamental recordar que todas las serpientes deben ser tratadas con respeto y cautela. Siempre es recomendable evitar el contacto o manipulación de serpientes venenosas para prevenir accidentes y garantizar la conservación de estas fascinantes criaturas en sus hábitats naturales. El estudio continuo sobre la dentición opistorglifa y el veneno de estas serpientes sigue siendo esencial para aumentar nuestra comprensión de su comportamiento y el papel que juegan en los ecosistemas.
